En el nordeste de Brasil, específicamente en Rio Grande do Norte, en una localidad llamada Entre Ríos, perteneciente a la ciudad de Vila Flor, a unos 2 km de Sibaúma, unos 9 km de Pipa y unos 100 km de la Ciudad de Natal; se ubica esta porción de tierra de unas 6 hectáreas que hoy está siendo habitada y cuidada por un grupo de personas que tenemos todas un objetivo común; vivir siendo parte de la naturaleza y en comunidad.
Este terreno fue comprado el año 2009 por Angeli (Madre), Lauri (Hija) y su pareja Cristian más conocido como el Chino; acontecimiento que les permitió dejar sus países para vivir en calma en este lugar. Lo bautizaron con el nombre de Espacio Catú; dado que el río que pasa por el terreno lleva este nombre. Durante casi 8 años, Angeli y Lauri han estado viviendo solas y trabajando muy duro para conseguir armar lo que tienen al día de hoy. En este contexto de mucho trabajo y en ocasiones, falta de apoyo y compañía; ellas comenzaron a vender algunos pedacitos de su tierra a gente que compartiera intereses y pudiesen ser un aporte para comenzar a formar una verdadera comunidad. Así fue como ha llegado July que es una psicóloga ambiental con su proyecto “Catucando nossa natureza”, Ana que es una francesa amante de la naturaleza y de la vida en su máxima expresión de la simplicidad, Katia (mi hermana) que es ecóloga paisajista de profesión y nosotros con nuestro proyecto de familia “Un viaje a la resiliencia”.
ESPACIO CATÚ
En espacio Catú, Angeli cuenta ya con una quesería de leche de cabra donde hace un rico queso artesanal y cría a unas 70 cabras. Lauri hace pan integral, aceites esenciales, clases de yoga y otras cositas que llevan al mercado ecológico cada viernes en Pipa. La idea de proyecto inicial de este lugar ha sido comenzar con algunas actividades educativas y recreativas, que inviten a personas de todas las edades a venir y disfrutar de un entorno ecológico y respetuoso con todos los seres. Se han diseñado algunas actividades para niños donde vienen a pasar un día con la naturaleza y a aprender de ella, en otras instancias se han realizado convocatorias familiares para venir a conocer la lechería, hacer ordeña y fabricar queso; hay días en que se ha invitado a hacer pan y conversar sobre alimentación, se han realizado encuentros de yoga y meditación, y la lista de actividades y propuestas se está desarrollando a pasos agigantados en la medida que se van percibiendo las diferentes necesidades sociales y ambientales. El foco central ha sido traspasar algunos conocimientos por medio de la experiencia compartida y del disfrute.
Un apoyo importante que se ha generado en Espacio Catú, ha sido el trabajo de voluntarios tanto de Brasil como de otras partes del mundo. Viajeros en busca de aprender y trabajar por alojamiento, comida y una buena aventura. Ellos han comenzado a cultivar algunas especies, colaboran con el cuidado de los animales y son quienes llegan con nuevas ideas que se puedan realizar en este lugar. Así poco a poco se ha ido haciendo un proyecto de comunidad, donde cada uno aporta sus valores, trabajo y conocimientos para un fin común; crear un ecosistema resiliente, bien diseñado, que permita generar autonomía y permanencia, enfocado en educar y traspasar la belleza de vivir en sintonía con la naturaleza.
PROYECTO “CATUCANDO NOSSA NATUREZA”
July es mi vecina y es la creadora de este proyecto de educación ambiental para niños. Ella es brasilera y psicóloga de profesión, nacida al interior de Sao Paulo y hace unos 8 años se vino a vivir al nordeste de Brasil. Siempre ha sido una viajera y va y vuelve cada tanto, sin embargo, ahora ya ha decidido quedarse para trabajar en este lugar. En sus tiempos de formación profesional, se ha desarrollado fuertemente en el área de psicología ambiental, donde busca volver a relacionar al ser humano con su medio ambiente y generar las interrelaciones necesarias para desarrollar la resiliencia frente a las mudanzas de contexto.
Hace unos 3 años atrás, en un ritual que se hizo en estas tierras, ella comenzó a caminar y sentir el lugar, hasta que, por esas oportunidades de la vida, se encontró con el chino y comenzaron a ver la posibilidad de que ella pudiese acceder a un terrenito por acá. Así fue como consiguió comprar 1000 mt 2 y poco a poco comenzar con la construcción de su casita. Una vez terminada su construcción, ya se fue de viaje y en esas idas y vueltas, llegó hace unos 6 meses ya con la decisión de establecerse por un tiempo más largo por estas tierras para así comenzar a ser parte de este proyecto de permacultura que cada uno de nosotros ha venido soñando y que hoy tenemos la certeza de querer realizar.
Si bien este sector del nordeste de Brasil es una belleza natural, llena de playas, ríos, pantanos, lagunas, bosques y vida animal, la mayoría de las escuelas por estos lados son muy pequeñas, casi sin patio y con horarios sumamente reducidos a 4 horas diarias. Así es como los niños, en la escuela, alcanzan a desarrollar las áreas de exigencia escolar basadas en los programas gubernamentales y no mucho más; siendo casi imposible educar en medioambiente y menos aún generar esta interrelación niño-naturaleza en los horarios de estudio. De esta observación, y de las inquietudes personales de July, es que ha nacido este proyecto de educación complementaria llamado “Catucando nossa natureza”. Aquí convocan a padres y niños que viven en Pipa, Tibau, Vila Flor, Sibaúma y alrededores, para pasar un día con la naturaleza y aprender de ella. Para la adecuada realización de este trabajo, July invitó a trabajar a Lolita quien es profesora reconocida de espacio maturi (escuela del pueblo de Pipa). Así es como trabajando en equipo y detectando cuales pueden ser las necesidades de los niños y familias a las que se están dirigiendo, es que decidieron hacer un fuerte hincapié en lo que respecta a alimentación, ciclos de la vida, relaciones entre la productividad lineal y los ciclos de la naturaleza, el sol, el agua, las plantas y todo lo relacionado a la naturaleza y la vida.
Una vez que fueron desarrollando las propuestas, los niños comenzaron a ser inscritos y la demanda de talleres ha sido cada día más. Hoy ya van en el catorceavo taller y los niños vienen felices a participar y aprender.
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